Una vida intrépida, llena de éxitos profesionales y con grandes amigos fue la que vivió don Xavier Oléa Peláez, quien es recordado tras su sensible fallecimiento por sus seres queridos como un hombre valiente, cariñoso, aguerrido e imponente.
Nació el 14 de abril de 1952 en Iguala, Guerrero, hijo de Xavier Oléa Muñoz y Manuela Peláez Valenzuela. Con sus hermanos, Víctor, Ignacio y Ana Luisa, vivió una infancia feliz en su hogar en la calle de Pachuca, en la Colonia Roma.
Xavier Oléa Peláez cursó sus estudios en el Colegio Patria, el Colegio Simón Bolívar, el Colegio Alemán, el Centro Universitario México y la carrera de Derecho en la UNAM.
Durante más de 45 años se desempeñó como abogado penalista, convirtiéndose en uno de los más famosos litigantes en esta materia en la historia de México. También, se desempeñó como Fiscal General del Estado de Guerrero.
Se casó con Alexis Trueheart Vega, (q.e.p.d.), con quien procreó a sus tres hijos, Xavier, Alexandro y Anahí; después, unió su vida a la de Mónica Martín Gabriel.
Lo recuerdo como un hombre cariñoso, valiente y muy respetado. Me deja lo más valioso que tenía, su nombre y apellido, y prometo honrarlo todos los días de mi vida”.
Lo recuerdo y recordaré como un papá siempre presente y consentidor, y en ocasiones estricto, de mano dura, y a su vez muy divertido, pero su cualidad fue ser un gran abuelo. Fue un hombre leal a sus ideales, profesión y amigos, siempre luchó por un mejor México; un hombre de carácter muy fuerte, pero de gran corazón. Dejará un legado como uno de los mejores abogados penalistas del País, quien siempre luchó por encontrar la justicia, enfrentándose en ocasiones a Gobiernos o personajes poderosos, siempre aguerrido, echado para adelante. A mí, como su hijo, me deja el legado de su apellido, de nunca darme por vencido, siempre ser leal a mis pensamientos y sentimientos, de proteger a mi familia y respetar mi profesión a toda costa. Lo querré y extrañaré siempre”.
Xavier, ¡gracias por todo! Durante estos 23 años que fuimos familia, tengo muchos recuerdos, imposible nombrar sólo uno, es difícil creer que ya te fuiste. Gracias, en especial, por la familia que me dejas, tus nietos siempre te recordarán como un abuelo muy divertido y consentidor. Xavier, apasionado de sus caballos, gran amigo; sin duda, uno de los mejores penalistas del País, siempre luchando por la justicia de su amado México y su querido Guerrero. Descansa en paz.
MUERE XAVIER OLEA PELÁEZ, EX FISCAL DE GUERRERO
De puño y letra para Xavier Oléa Peláez
“Querido Xavier, no han pasado muchos días desde que partiste de este mundo. Lógicamente, sigues aquí, invicto en mi memoria. Tranquilo, que aquí, juntos, venceremos la muerte.
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Todos los días te pasearas por mí, mi casa, mis pensamientos, recordándome lo feliz que fuiste, lo exitoso y supongo también que para saber si estoy bien, de viaje , dónde estoy o si estoy de fiesta y si la vida me trata bien. Me imagino que aparecerás a la hora de brindar por la vida, para brindar conmigo, a nuestra salud y vivencias. También, estarás cuando vea algún paisaje maravilloso y desconocido aún para mí, pero también en las pistas de esquí recordando lo irrepetible que era ser tu amigo.
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Todos los días, por varios días o años, esperaré tu llamada para invitarte tú mismo a comer conmigo. También, tendré el acto reflejo de querer llamarte por teléfono para saber si comiste, si dormiste bien y cómo te sientes. Y luego me acordaré que no, que ya ese hábito no tiene sentido, y se me descolgará una sonrisa triste que se irá diluyendo poco a poco. Hablo de ese hábito, más no de tu recuerdo, ni de ti.
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Hoy, sólo habrá flores, amigos que te admiraban, respetaban y que te querían desde siempre y para siempre. Hoy, también habrá comida y cena a tu salud, por tu vida y las anécdotas que protagonizaste con cada uno de nosotros.
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Hoy, déjame también brindarte un aplauso largo y sostenido, que será mi hábito hasta el fin de mi propio tiempo. Un aplauso de gratitud por la amistad que en cuerpo y alma -nunca tan literal esta expresión- le regalaste a tu amigo, a mí.
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Seguiré con la honra de haber sido tu mejor amigo. Me acompañarán siempre los pésames que he recibido como si yo fuera tu hijo, tu papá, tu hermano, pero, al final, tienen razón de darme el pésame porque soy más que eso junto, soy tu mejor amigo. No hay muerte que derrote ese sentimiento. Te quiero. Todas las veces”.
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Humberto Cavazos Chena, amigo
Montar a caballo, esquiar en agua y jugar golf eran algunos de sus pasatiempos favoritos; a Xavier Oléa Peláez le gustaba usar corbatas Hermès y de ninguna otra marca; coleccionaba calcetines, le apasionaba viajar y ver las corridas de toros.
Querido tío, te conozco desde hace 14 años y siempre has sido un hermano incondicional para mi suegro, un gran tío para Beto y para mí. Gracias por siempre estar en los momentos importantes, te llevo en mi corazón. El legado que nos dejas es el de hombre testarudo que siempreluchó por sus ideas y pensamientos, sin doblegarse ante cualquier adversidad”.
Siempre sentí admiración y un inmenso cariño por Xavier Ólea. Mi tío, pues él y mi padre eran como hermanos. En su despacho, tuve mi primer acercamiento con el Derecho, las leyes y la justicia, pues fue ahí donde cursé mis primeras prácticas profesionales. A su lado conocí la India, países de Europa, Sudamérica; viajamos y disfrutamos mucho. También, esquiamos en nieve en múltiples viajes. Me quedo con su historia y legado que conozco, pues se me concedió el honor de editar sus memorias. Que descanse en paz. Lo echaré mucho de menos”.
Sus hijos y sus siete nietos, Xavier, Patrick, Galia, Constanza, José, Alex y Ximena, eran el gran orgullo de Xavier Oléa Peláez y en ellos permeará un legado de amor, respeto, a nunca darse por vencidos y siempre estar unidos.
TRIBUTO A ALEXIS TRUEHEART VEGA
De puño y letra para Xavier Oléa Peláez
“Un hombre con una fachada dura, fría, amenazante, pero ardiente y noble en su interior; orgulloso de su origen guerrerense, trabajó arduamente para llegar a ser Fiscal del Estado y lo logró.
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Apoyó a muchos de sus paisanos locales, amaba Acapulco y disfrutó incansablemente los atractivos de ese paradisíaco Puerto; ¡aahh!, eso sí, no dejaba de ir a su lugar favorito: el Baby’O, no fuera a ser que le pusieran falta de asistencia. Aficionado a la tauromaquia y al esquí en agua, apasionado por la comida libanesa, le encantaba, se podía comer tres platos de jocoque y dos de kebe y se quedaba con hambre.
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Admiró y adoró a su padre; amó y protegió a sus hijos, los formó y les abrió el camino para que llegaran a ser lo que hoy son: buenos esposos, extraordinarios padres y profesionales exitosos.
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Hoy, el gran y destacado abogado ha partido a algún otro destino, deja un vacío difícil de llenar; el guerrerense que guerrero fue, lo seguirá siendo en donde quiera que se encuentre. Algún día nos volveremos a reunir, mi querido y admirado amigo, hasta siempre.
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Un fuerte y cariñoso abrazo a sus hijos y nietos”.
Emilio Mahuad, amigo
XAVIER OLEA PELÁEZ CELEBRA 45 AÑOS DE TRAYECTORIA
Xavier Oléa Peláez falleció en su casa de la CDMX la noche del 6 de octubre, siendo un ejemplo claro de cómo vivir una vida llena de éxito, grandes amigos y, a decir de sus allegados, con su más grande logro: sus hijos y nietos. Descanse en paz.
A Xavier Oléa Peláez lo recuerdo como un hombre de convicciones férreas, estudioso del Derecho y defensor de la verdad. Gran litigante que no se rendía. Buscaba cómo resolver el problema jurídico y lo lograba. Era un buen negociador y buscaba la manera de que las partes fueran justas y lograr un acuerdo asequible a ellas. Le admiraba enormemente esa gran capacidad para llevarlo a cabo. Amaba a su familia. Siempre que lo veía, comíamos o hablábamos por teléfono, siempre, siempre, hablaba de sus hijos y nietos con enorme amor. Entrañable adoración les tenía. Fue un hombre de palabra y gran amigo que entregaba lo mejor que tenía. Lo lloré. Lo voy a extrañar. Descansa en paz, amigo querido”.