Uno de los abuelitos más célebres del cine animación es Carl Fredricksen, un hombre con espíritu de explorador de 78 años de edad, que empieza una fascinante aventura por el mundo a través de su casa flotante en la reconocida película de UP. En realidad Carl nunca fue abuelo, porque no tuvo hijos, pero su joven acompañante Russell, un boy scout algo despistado, será como su nieto, así que esta es ocasión de ver juntos, nietos y abuelos, esta ya clásica de Disney. 

Si prefieres hacer un regalo más detallado y personalizado, puedes escribirle una carta a los abuelitos, para recordar cómo es que ellos se comunicaban en el pasado. La costumbre de enviar epístolas era muy popular antes de la llegada del teléfono móvil y el internet y puede ser un obsequio perdurable y único.

Una fotografía impresa, en mediano o gran formato de los propios abuelos o de toda la familia, es también una opción memorable para celebrar a estos personajes que son pilar del linaje, se puede pedir a los abuelos que recuerden la anécdota sobre cómo se tomó la imagen o que platiquen cómo se hacía el arte de la foto en sus tiempos y mostrarles cómo se hace ahora. 

Recordar es vivir reza el dicho popular, por eso los abuelos pasaran un buen rato y ejercitarán la memoria con este libro La Ciudad que ya no Existe, de Carlos Villasana, que reúne una centena de viejas postales de la Ciudad de México, de sitios y personas que ya no existen.

“Mi tarea en este libro fue explorar miles de imágenes hasta reunir esos sentimientos que nos hacen recordar y disfrutar no solo la Ciudad de México: también a nuestros familiares y amigos”, comenta el autor. 

Regalar una suscripción mensual a un servicio de streaming de música o video es también una muy buena opción para conmemorar a los abuelitos. Cualquiera que sea la elección, lo mejor es que de inicio utilicen el servicio juntos y compartan sus gustos, lo más seguro es que entre todos sus gustos, tanto abuelos como nietos, encuentren un punto en común y lo disfruten en compañía.