Vista en su conjunto, la red de 32 dependencias estatales que conducen la política cultural del País puede asemejarse a una maraña de siglas poco comprensible y confusa.

ICA, ICED, Coneculta, Cecan, Secult SLP, Cultura BC… todas a cargo de la misma tarea en sus respectivas entidades federativas, pero con alcances, historias y patrimonio distinto.
En este sexenio, cuando el apoyo directo desde la Federación a las dependencias culturales de los estados se ha reducido a su mínimo histórico, la experiencia de sus titulares se ha vuelto crucial para procurarse fondos, mantener sus programas a flote y garantizar los derechos culturales de los ciudadanos.

No obstante, como evidencia una revisión hecha por este diario, existe un desequilibrio notorio entre los perfiles seleccionados por cada administración estatal para afrontar este reto en beneficio de la cultura.

Mientras que algunas entidades han apostado por funcionarios con trayectorias y estudios sólidos en el ámbito de la gestión cultural, en otras persiste también el pago de favores políticos y simpatías al otorgar puestos a funcionarios con nula, o escasa, experiencia.

A esto, además, habría que sumarle la desigual constitución de cada una de las dependencias, actualmente divididas en secretarías (tanto únicas como mixtas), institutos y consejos estatales.

Diferencias que responden a los momentos históricos en los que fueron creadas y que, por ello, han ido anquilosándose con el paso de los años.

“Lo que a mí me parece es que, por lo menos en los últimos 30 años, las instituciones culturales de los estados han ido acumulando una gran cantidad de problemas”, reflexiona Eduardo Cruz Vázquez, especialista en gestión cultural.

Desde el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (Grecu), el analista ha hecho una revisión abarcadora sobre esta red de instituciones culturales que, desde hace tiempo, sí han sido sujetas a cambios, pero no los necesarios.

“No ha habido los suficientes espíritus renovadores, o reformadores, para replantear las estructuras en las que se sustenta el quehacer cultural de los estados”, agrega.

En la antesala de las elecciones por la gubernatura del Estado de México y de Coahuila, el mapa de las dependencias culturales de los estados exhibe un panorama complejo y cargado de problemas.

Con información de Israel Sánchez

Lo que a mí me parece es que, por lo menos en los últimos 30 años, las instituciones culturales de los estados han ido acumulando una gran cantidad de problemas".

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