Acapulco:

Diez años para levantar el puerto

Saraí Cervantes

Reconstruir Acapulco tras el impacto del huracán “Otis” el año pasado y del ciclón “John” este año tomará hasta una década, proyectan especialistas.

Dicha estimación considera que la gran mayoría de propiedades no estaban aseguradas; los problemas legales; la falta de coordinación entre propietarios, principalmente en condominios; y el pago de costos adicionales que tienen que hacer los dueños de los inmuebles para la reconstrucción de áreas comunes, entre otros factores.

“Cuando impactó ‘Otis’ en Acapulco, estimamos que la reconstrucción se podría dar en cinco años, pero ha habido poco progreso, y para ver el Acapulco que se tenía se tendrá que esperar cinco años más, es decir, esto podría ser en 10 años”, indica Pedro Azcué, director general (CEO) de JLL México.

El tiempo, destaca, va a depender de los acuerdos que el Gobierno haga con la iniciativa privada.

Critica que hasta ahora el Gobierno sólo se haya concentrado en dar algunos apoyos a la población como despensas, las cuales no arreglan el problema de fondo.

Se requieren incentivos, se requiere más. Esto requiere de la participación de todos los actores", sentencia.

Agrega que a más de un año de “Otis” hay muchos edificios que todavía se encuentran en obra negra. Los daños se concentran principalmente en edificios de condominios.

“Algo que está sucediendo es que en muchos edificios grandes de departamentos, por ejemplo, hay problemas para que los propietarios se pongan de acuerdo. Hay quienes quieren abandonar su inversión y otros que no. No hay unanimidad”, menciona en entrevista.

Azcué señala que de nada sirve arreglar edificios si hay pisos que no están acondicionados, lo que dificulta que se pueda avanzar en la reconstrucción de los inmuebles.

“Otra cosa que sucede es que los reglamentos de condominio de estos inmuebles se hicieron con base en una experiencia más de temblores que de huracanes, es decir, se pensó en edificarlos más ligeros que más fuertes, por lo que se requiere hacer modificaciones a dichos reglamentos”, explica.

Las modificaciones de estos, expresa, tendrían que contemplar aspectos como qué pasa en caso de huracanes y qué sucede con aquellos propietarios que no están dispuestos en contribuir con su parte para que se remodele un edificio.

En ese sentido, opina que se debería de estudiar un mecanismo que ayude a que se fuerce la venta de una propiedad en una subasta en caso de que su propietario no quiera reconstruirlo, para ayudar a evitar problemas legales y garantizar que los edificios puedan acondicionarse. 

Abad Magallón Torreblanca, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) en Acapulco, refiere que con el paso de “Otis” al menos 274 mil inmuebles (entre casas de interés social, departamentos, condominios, entre otros) se vieron afectados.

Señala que se tuvo un nivel de afectación grande en los inmuebles porque la edificación en esa parte del País se relajó, y coincide en que muchos de éstos fueron construidos con materiales livianos y no contaban con el refuerzo estructural adecuado que ayudara a soportar los embates de un huracán.

El problema es que no todos estaban asegurados, porque jamás se pensó que se tendría un evento como este y con la magnitud que tuvo", apunta.

Magallón Torreblanca comenta que los inmuebles que sí tienen seguros de todas formas enfrentan retos, debido a que es un proceso largo y requiere de un acompañamiento legal para que se pueda cobrar.

“Estimamos que sólo el 10 por ciento de los inmuebles afectados son los que han podido cobrar un seguro”, dice.

Además, subraya que se tiene el reto de escasez de mano de obra calificada que ayude a la reconstrucción.

Manifiesta que en las zonas Diamante, Dorada y la tradicional de Acapulco apenas se comienza a trabajar en la reconstrucción, pues este año inició la liberación de recursos y no al 100 por ciento.

Por otra parte, reconoce que la venta de inmuebles en Acapulco se ha contraído más de 30 por ciento.

Al respecto, JLL México estima que la contracción de venta de inmuebles podría llegar hasta 70 por ciento, no sólo por el tema de los fenómenos naturales, sino también por el clima de inseguridad que padece esa parte del País.

Asimismo, la empresa de inversión y servicios inmobiliarios expone que por dicha situación el valor del suelo en la zona se ha reducido hasta 50 por ciento, aunque no de manera generalizada.

Norma Alicia Rosas, directora general de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), reconoce que, de las 274 mil viviendas y departamentos afectados por “Otis”, menos de 10 por ciento contaban con un seguro.

Parte de la población que vive en los cerros o en sus orillas padecen los deslaves y las inundaciones constantes. En la imagen, Nuevo Puerto Marqués.

“Del total de estas viviendas afectadas, sólo una 23 mil reclamaron un seguro, es decir, estamos hablando de aproximadamente 9 por ciento, menos de 10 por ciento. Es muy poco”, dice.

Agrega que, de acuerdo con datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en inmuebles turísticos, por ejemplo, de 373 hoteles para rehabilitar, únicamente 106 contaban con una cobertura de riesgos hidrometeorológicos.

“Esto ha complicado la reconstrucción, porque muchos inmuebles no estaban asegurados ni tampoco las áreas comunes como elevadores, jardines, albercas, entre otros”, señala.

La directora de la AMIS dice que por ello los trabajos de reconstrucción en condominio son más extensos, dado que es complicado que los vecinos se pongan de acuerdo y eso también dificulta que presenten facturas para que se les pueda pagar lo que han gastado.

Recuerda que hasta ahora la AMIS tiene un registro con reportes de 23 mil 689 casas y departamentos de condominio, y el monto que se espera pagar de ese total es de 10 mil 155 millones de pesos.

“Del número de reportes, 85 por ciento de ellos ya fueron atendidos. Mientras que el monto que se ha pagado es el 71 por ciento”, sostiene.

Advierte que dependerá que los dueños de las viviendas y condominios puedan acreditar la documentación necesaria de cada póliza, como recibos de cancelería, vidrios, pisos, instalación de cocinas, entre otros, para poder concluir los pagos por parte de las aseguradoras.

“Las compañías tiene recursos para pagar, no es que estén dando largas, tienen para pagar; el sector tiene tres veces el capital que exige la ley para poder hacer frente a todos los eventos”, asegura.

Rosas estima que, en eventos similares, normalmente en un año y cuatro meses, los siniestros deben estar pagados, pero cuando son eventos en donde se ven comprometidos los cimientos de los inmuebles lleva más tiempo.

TEMPESTAD

La AMIS tiene un registro de 23 mil 689 viviendas afectadas que tenían seguro (casas y condominios), y el monto que se espera pagar por ellos es de 10 mil 155 millones de pesos.

REGISTRO DE SINIESTROS

(Cifras en millones de pesos; al 18 de octubre de 2024)

*Infraestructura federal, y estatal, comercio restaurantes entre otros.

Fuente: AMIS 

     
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Información: Saraí Cervantes

Fotos: Francisco Robles / Archivo Reforma

Diseño: Staff