‘A LA MERA HORA, NADIE QUIERE APOYAR’
JOSÉ A. GÓMEZ
Mi nombre es José Alberto Gómez Benavides y fui presidente de la Mesa Directiva de la Casilla Extraordinaria 1 de la Sección 1075 en Reynosa, Tamaulipas, durante la pasada jornada electoral. Esta fue mi segunda participación en unas elecciones, curiosamente bajo la misma función.
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Cuando la Capacitadora Asistente Electoral (CAE) del Instituto Nacional Electoral (INE) acudió a mi domicilio para invitarme a ser funcionario, de primera instancia dudé en aceptar debido a que pertenezco a un grupo vulnerable y no había sido vacunado contra el Covid-19 aún. Sin embargo, como ciudadano ejerzo mi derecho a expresar mi inconformidad con la labor de nuestros Gobernantes y me pareció incongruente rechazar dicha invitación. Más aún, la respuesta de la CAE -que era el primero en aceptar después de 14 invitaciones a vecinos de mi Fraccionamiento- terminó de convencerme.
Previo a la elección leí en tres ocasiones la “Guía para la y el Funcionario de Casilla” del INE y la “Información para la y el funcionario de casilla: Elecciones Locales” del Instituto Estatal Electoral del Estado de Tamaulipas, tomé el curso virtual “La Jornada Electoral” y acudí a un simulacro de la elección. Una noche antes, repasé ambos cuadernillos. Durante las Elecciones de 2009, el Partido Acción Nacional había impugnado los resultados de la casilla donde había sido funcionario y esta vez estaba decidido a evitar la frustración y el coraje que mi tiempo y mi esfuerzo hubieran sido en vano.
Desafortunadamente, durante la noche del sábado, un vecino tuvo un festejo hasta altas horas de la madrugada que me impidió dormir. Al sonar la alarma a las 6:00 AM, me sentía físicamente mal por la falta de sueño y todo lo que me ocasionó: presión arterial alta, dolor de cabeza, vértigo, etcétera. Pensé en llamar a la CAE para informarle que no podría, pero me di un tiempo para descansar y esperar a que pasara y así fue. Me comí rápidamente un sandwich, unas papitas, un refresco y salí de mi casa.
Llegué a la Casilla a las 7:10 AM. El domicilio aún estaba cerrado y abrieron hasta las 7:51 AM. La instalación de las casilla se demoró aún más debido a la limpieza y desinfección del lugar, a la impuntualidad de algunos funcionarios de casilla, a la solicitud de los Representantes de los Partidos Políticos de contar y firmar las 2,196 boletas (lo cual es opcional) y a las continuas interrupciones de Representantes del PRI y PAN cuyo nombramiento no pertenecía a mi casilla y exigían permanecer ahí cuando el límite por partido son dos únicamente. Así pues, a las 9:28 AM abrió finalmente la casilla.
En todo momento, se siguieron las medidas de prevención dentro y fuera de la casilla: uso de cubrebocas (careta adicionalmente para los funcionarios), gel antibacterial para funcionarios, representantes y votantes, sana distancia entre funcionarios y representantes y en la fila de votantes, desinfección de mesas, urnas, mampara y crayones, etcétera. Además, en todo momento solo se permitió el acceso a dos votantes al mismo tiempo a la casilla.
Previniendo altas temperaturas, alisté mi hielera con aguas, Gatorade y refrescos. La CAE nos llevó tacos de canasta para almorzar y un platillo de mole con arroz y frijoles para comer además de refrescos para acompañar los alimentos.
Sin embargo, desde las 9:28 AM en que declaré abierta la votación hasta las 6:31 PM en que anuncié su cierre, hubo flujo continuo de votantes por lo que me mantuve ocupado al grado que solo tomé una botella de Gatorade y una de agua que mi compañero Escrutador 3 me arrimó, no tuve oportunidad de comer, ni me dieron ganas de ir al baño en todo el día e incluso voté en mi lugar (solo me volteé para marcar mis boletas).
Alrededor de las 12:30 PM, tuve que suspender la votación debido a que los Representantes del PAN decidieron unilateralmente reubicarse exactamente a un lado de las urnas.
A las 6:00 PM, aún había 12 personas formadas por lo que solicité al Escrutador 2 ubicarse al final de la fila para definir el cierre de la votación. Sin embargo, simpatizantes de Morena que llegaron posterior a la hora de cierre marcado por la ley, exigieron votar y ante mi negativa empezaron a amenazarnos. De hecho, tuve que suspender en dos ocasiones el cómputo de los votos debido a los insultos que gritaban desde la banqueta.
Después del llenado de actas, la entrega de las mismas a los representantes de partidos políticos y la preparación de los tres paquetes electorales, se procedió a la publicación de resultados y finalmente a la limpieza del lugar. A las 11:08 PM me retiré de la casilla con un dolor de orejas debido al uso continuo del cubrebocas además de la careta y mis lentes… A decir verdad, ahora admiro mucho más al personal médico que tienen que usar todo su equipo de protección personal por jornadas mucho más extensas.
¿Por qué narré tan extensa mi experiencia? Por que es frustrante leer las quejas de los partidos políticos y de los ciudadanos sobre la elección.
Al día siguiente de la votación, el Comité del Partido Acción Nacional en Tamaulipas publicó un comunicado en donde, al denunciar “múltiples incongruencias” en el cómputo de los votos desacredita la labor de los Funcionarios de Casilla.
También los ciudadanos se quejan de la tardanza en la apertura de las casillas pero… a la mera hora, nadie quiere apoyar: nadie quiere perder un domingo de sus vidas por intentar que la democracia en este País avance. Es mas fácil despotricar contra el INE que aceptar la invitación a ser funcionario de casilla cuando los CAE realizan las visitas domiciliarias o incluso, cuando algún algún funcionario de Casilla acude a los ciudadanos formados de la fila para completar la Mesa Directiva.
Algunas amistades que también participaron como funcionarios de casilla no tuvieron la misma suerte que yo: los CAE, ante los múltiples situaciones adversas que resolver, no pudieron proveerles alimentos ni bebidas, pero eso sí: un partido entregó hamburguesas Carl’s Jr a sus representantes, al parecer en todo Reynosa.
Y aunque el pago fue de $500.00 pesos por parte del INE a cada funcionario, con gusto los cambio por un Domingo con mi familia que es lo que usualmente hago.
No fue grata la desvelada; no fue grato levantarme temprano en domingo; no fue grato lidiar con las quejas de representantes de partidos políticos o los insultos de ciudadanos que impuntualmente acudieron a votar; no fue grato estar 16 horas sin comer y terminar sudado y con las orejas adoloridas; no fue grato perderme la compañía de mi familia, pero fue gratificante no solo ejercer mi derecho al voto sino asegurar que el conteo de los votos emitidos en “las elecciones más grandes de la historia” fue llevado con veracidad.
Y sí, claro que lo volvería a hacer, porque nuestra democracia es incipiente y aún está en riesgo. Porque sueño con el día en que los ciudadanos acudan a votar libremente y no coaccionados por algún partido político mediante el obsequio de una despensa o amenazados con perder algún programa social o -peor aún- su empleo. Lo haré de nuevo porque aún creo en un futuro brillante para mi País.
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‘UNA ENORME SATISFACCIÓN’
LORENA ELIZABETH BENÍTEZ
Ayer fue un día muy importante para mí y todos los mexicanos que tuvimos oportunidad de ejercer nuestro derecho a votar.
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A mí me tocó estar como funcionaria de casilla. Cuando me dijeron que si quería participar, la verdad me sentí entusiasmada con la idea y acepté de inmediato.
Me tocó ser presidenta de la casilla de mi sección electoral. Llegué alrededor de las 7:20 de la mañana y junto con mis compañeros preparamos todo.
Empezaron las votaciones y la fila no bajaba, ya cuando nos dimos cuenta eran las 6:00 pm, hora del cierre e inicio del conteo de votos, momento que se alargó hasta las 00:35 de hoy (07 de junio).
Fueron muchos votantes, de un total de 743 electores de la lista nominal de mi casilla a cargo, votaron 689, (casi el 93%). Se cerraron los paquetes electorales de la casilla básica y las contiguas y fuimos a entregarlos, después de una fila de dos horas entregué mis paquetes electorales a las 2:45 am de hoy (07 de junio) y llegué a mi casa a las 3:00 am
Terminé cansada, con hambre (no pude comer nada en todo el día, ni un dulce), súper acalorada, ¡pero con una enorme satisfacción!
Mucha gente nos dio las gracias por haber dedicado un día completo a hacer lo que hicimos, también mucha gente nos recordó a “nuestras queridas madrecitas” por lo tardado de las filas, otras al darse cuenta que alguno de ellos se había equivocado de sección para votar, también nos recordó a “nuestras progenitoras” ja ja ja, con más ganas nos gritaban enfurecidos, pero a pesar de todo eso… valió la pena.
Me quedo con la satisfacción de poner mi granito de arena y, con mi ejemplo, enseñarles a mis hijos a ser congruentes y tener conciencia cívica, porque si tanto nos quejamos a veces de lo mal que están las cosas, pero cuando nos piden apoyo respondemos con un “no puedo”, “no quiero”, “es muy cansado”, etc… pues no estamos muy bien.
¿Que si volvería a repetir la experiencia?… SÍ y ojalá algún día les toque a mis hijos hacerlo porque todavía creo que puede existir un México mejor.
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