“EL DÍA DESPUÉS”

JUAN JOSÉ BARUD
Santa Catarina, N.L.


La jornada duró 15 horas de trabajo, este domingo 6 de junio, al participar como presidente de casilla de la sección 2081.

Mis respetos al INE México. Conocen y hacen un trabajo muy eficiente.

Gracias a los compañeros Agustina (CAE) y Mónica (supervisora de sección) del INE, y a Manuel de la CEE de Nuevo León, su dedicación y buen trabajo nos ayudó a que todo marchara bien. Que siga el INE siendo de los ciudadanos.
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A los representantes de partido, gracias por su participación respetuosa y muy civilizada para llevar a cabo una votación y conteo ordenado.

A todos los que votaron, felicidades. Fueron seis horas de votación continua.
No pararon y nos daba mucho gusto recibir su voto.
A las personas de la tercera edad, con alguna enfermedad o complicación para ir a votar y a pesar de ello fueron y votaron, toda mi admiración y agradecimiento.

A los ciudadanos de la mesa directiva hicimos un gran equipo y resultó ser toda una bonita experiencia.

Exijamos a los elegidos gobernar sin favoritismos y con un bien común. Evitando malos manejos y corrupción que nos cuesta muy caro a todos.
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VIVE MALA EXPERIENCIA

CLARA HERNÁNDEZ


Al iniciar el día domingo a las 8:00 horas, más menos nos faltaba un integrante de casilla. Tuvimos que esperar que las personas que estaban en la fila quisieran ser partícipes, pero sin éxito nadie quería. Cuando llega una amiga y le digo: “por favor, ayúdanos, para que no se cancele la casilla”, ella toma el puesto que estaba faltante. Claro que ya para esa hora la gente estaba muy molesta, porque la fila estaba desde las 7:30 horas.
[show_more color=»#612886» more=LEER MÁS» less=MENOS] Nosotros empezamos a armar las urnas hasta las 9:00 horas pasadas, así que empezamos a pasar gente como las 9:45 o más tarde. Y en lo personal, a la persona que pusieron como presidente de casilla, un joven, el cual le faltaba responsabilidad y menos arrogancia.

Claro que el calorcito estaba súper fuerte ya para esa hora, pues una vecinita me pregunta que si ocupo algo y yo le digo: “sí, vecina, dígale a mi familia que me manden agua por favor”… Claro que mi familia rápidamente me llevó suficiente para mis compañeros, lo cual ahí las chicas nos dicen “ay a poco sí querían temprano agua… y yo, o sea mande.

Pues ya después, ellas nos trajeron agua como a las 12:00 horas y unos fritos pequeños… Bueno, a lo mejor ya mero viene la comida… lo cual no fue así. A todos los demás les dieron de 12:00 a 13:00 sus respectivos alimentos y a nosotros, ni sus luces. Ya transcurriendo casi las 16:00 horas de la tarde, nos llegaron con unos tamales y dos Pepsi calientes… Claro que yo estaba muy molesta, porque a los demás que estaban de apoyo de partido, les dieron mejor atención que a uno. A ellos les llevaron pollo KFC, a otros Alitas, y a nosotros unos tamales, muy mal.

Hoy sé por qué los ciudadanos no quieren ya ser partícipes, en verdad queda uno decepcionado.
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ENTRA AL RELEVO

SERGIO ADRIÁN


Quiero platicar mi experiencia como funcionario de casilla. Primero que nada, daré un poco de contexto. Yo no fui elegido como funcionario de casilla por el INE, pero mi mamá sí fue electa para eso. Le tocó ser primera escrutadora. Se llegó el 6 de junio, entonces al llegarse la hora, notaron que sólo 3/6 asistieron a la casilla correspondiente. Entonces fue ahí donde mi mamá me invitó por medio de una llamada para participar en el proceso.
[show_more color=»#612886» more=LEER MÁS» less=MENOS] Al llegar a la casilla a ofrecer apoyo me dan mi gafete, me tocó ser primer escrutador, mi mamá tuvo que ser la “segunda secretaria” debido a la inasistencia de la persona que ocupaba ese cargo.

Desde ahí empecé a acatar las indicaciones que la persona del INE y de la CEENL me decían. Dar indicaciones a la gente para poder acercarse a votar sin hacer aglomeraciones y checar que los ciudadanos depositaran correctamente su voto.

Así fue todo el día, con cuatro personas en la casilla, buen trabajo efectuado y con un calor infernal. Llegadas las 6, se empezó con la anulación de boletas que no fueron usadas y posteriormente el conteo de votos de cada cargo (Gubernatura, Diputación federal, Diputación local y Ayuntamiento, en ese orden). Luego de ello, siguió el llenado de las actas, fue la parte más fea de todo el día, pues ya algunos funcionarios de casilla empezaron a desesperarse y querer marcharse pronto, debido al hartazgo y cansancio que en ese día había ocurrido. Fue la parte un poco fea debido a que se empezaron a calentar los ánimos entre la presidenta y secretaria, y la persona del INE, quien tampoco hacía los comentarios más acertados. Hacía comentarios que “hacían prender la mecha” de las funcionarias, por decirlo de alguna manera coloquial.

Ya después del llenado de las actas y preparación de los paquetes electorales, por fin se llegó la hora de terminar y todos se fueron cansados y un poco acalorados, debido al calor infernal.

Esa fue mi experiencia en este proceso electoral del día 6 de junio.
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“NO ADULTOS MAYORES”

GERMÁN DE LA FUENTE
Mitras centro, Monterrey, N.L.


Durante tres meses me estuvieron insistiendo con el argumento de que el INE estaba buscando gente joven para apoyar en la casilla como funcionario, pues la indicación del INE era que no podrían apoyar mayores de 60 años, debido a la pandemia.
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Vivo en una colonia donde la mayoría de los vecinos son personas de la tercera edad. Salí sorteado porque nací en septiembre y tengo 47 años. Pedí que me dieran un poco de tiempo, pues mi preocupación era algún posible pico de contagios y lo lejano que se veía la vacunación.
Faltando tres semanas acepté la invitación, y a los pocos días me trajeron mi nombramiento como tercer escrutador.

Después de una capacitación básica virtual, leer el manual para entender toda mi función y los conceptos, y la oportunidad de vacunarme en la Facultad de Medicina esa misma semana, llegó el día.
Tuve que dejar a mi familia desde muy temprano (7:00 horas) y con la incertidumbre del horario en que terminaríamos las actividades.

Desde que llegó nuestro presidente de casilla pusimos manos a la obra para organizarnos como un gran equipo, de manera intuitiva, pues a pesar de que cada quien tenía su función, la capacitadora nos hizo ver que todos éramos un equipo y podríamos alternar funciones en el momento que se requiriera.

Sin embargo, no podíamos empezar a montar todo, pues nos faltaba el segundo escrutador, que llegó cerca de las 7:45 horas.
Sin desayunar y con algo de sueño, pues era el único día que regularmente me despierto tarde, empezamos nuestra labor alrededor de las 8:20 horas, en medio de una fila que donde estábamos, no se veía el fin… sin quitarnos el cubrebocas sólo para comer y tomar algo, y una careta que después de un rato molestaba por el calor, continuamos con el proceso, el cual fue algo lento, pues la indicación de respetar la sana distancia, mantener sólo dos personas dentro de la casilla y sanitizar cada cierto tiempo, hizo que más de uno se desesperara.

Yo como tercer escrutador era el encargado de organizar la fila y tratar de agilizar el proceso al pasar los apellidos de quién seguía en su turno, adicional a tratar de calmar a los que estaban un poco desesperados.

Me tocó de todo, desde un señor que no quería votar porque sus boletas no estaban firmadas por el presidente de la casilla, una señora que cuando me vio me dice: “hijo, apenas te veo”, y otro hombre que me contaba que a su hijo lo invitaron a servir como funcionario y que le prohibió que fuera, con el chavo ahí enfrente, ja, ja.

El cierre de la casilla fue puntual, y de ahí empezó la parte emocionante: el conteo… a pesar del cansancio (mi pulsera para contar los pasos marcaba tres veces más de mi promedio diario, las piernas realmente dolían, con un sandwich y tres tacos de carne en el estómago, y varias botellas de agua.

Con entusiasmo empezamos a contar las boletas, registrar los incidentes, llenar y firmar las actas, que todo lo tuvimos que hacer en múltiplos de 4 (Diputación federal, Diputación local, Gubernatura y Ayuntamiento), todo esto bajo la mirada inquieta y desesperada de los representantes de partido.

Fui llegando a casa a las 23:00 horas, con ganas de comer en forma y por supuesto un buen baño para dormir lo antes posible.

Al día siguiente me di cuenta de que debí de haberlo pedido de vacaciones, pues las horas en cama no fueron suficientes para reponer energías.

¿Lo volvería a hacer? Sí, si me invitan con gusto lo haría de nuevo… agradezco la oportunidad de poder vivir esta experiencia y para la próxima vez de que me toque votar, recordaré llevar algo de comer y unos refrescos fríos (así como lo hizo nuestra capacitadora) a las personas que estén en la casilla, pues entregan su tiempo y su trabajo desinteresadamente (la paga realmente fue poca para todo el trabajo que se hace).
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