'MEDIOCRIDAD, DECEPCIÓN, SUMISIÓN, OMISIÓN'

Emilio Álvarez Icaza

Rosario Piedra ha navegado al frente de la CNDH entre la mediocridad, la decepción, la sumisión y la omisión, asegura Emilio Álvarez Icaza, senador independiente y ex ombudsman capitalino. Y va más allá: esa subordinación es la que el Presidente López Obrador quiere de los órganos autónomos y lo que podría pasar con el INE si se aprueba la reforma que impulsa el Gobierno federal.

  • ¿Cuál sería su balance del trabajo realizado estos tres últimos años por la CNDH?

Es difícil definirlo porque transita entre la mediocridad, la profunda decepción, la sumisión y la omisión total. La gestión de Rosario Piedra es, sin duda, el ejemplo más acabado de lo que López Obrador quiere hacer con los órganos autónomos, unas instituciones irrelevantes, que traicionan su función, sometidas a su poder.

Es una vergüenza para su historia, para la herencia de su madre, para la causa de su hermano, es probablemente la gestión más vergonzosa que ha existido en la historia del país en un organismo público de derechos humanos y mire que hay antecedentes, pero es realmente una absoluta nulidad, traiciona su función, traiciona su mandato, traiciona su historia.

  • ¿Cuáles serían las principales omisiones en las que ha incurrido Rosario Piedra durante su gestión?

Digamos que lo que mal empieza, mal ha seguido, ella no debió de haber aceptado tomar posesión como tomó. Ella llega a la institución producto de un fraude cometido por Morena, donde ni siquiera contaron bien los votos, donde hubo un engaño a la ley. Ella incumple la ley, Morena incumple la ley y hay un fraude constitucional en los votos y de ahí para el real, digamos que las omisiones más significativas tienen que ver con entender el rol de su función.

Ha habido temas muy críticos en materia de salud, desabasto de medicinas, niños con cáncer, una pandemia y la CNDH absolutamente ajena, absolutamente omisa. Ha habido temas gravísimos en materia de migración y ha hecho muy ligeros pronunciamientos, nada que ver con el tamaño de las tragedias. Ahora que tenemos otra vez una crisis humanitaria con los venezolanos, la CNDH brilla por su ausencia, los vemos con haitianos, con centroamericanos, tráileres que se volcan, personas que mueren, mujeres violadas, abusos sistemáticos en el Instituto Nacional de Migración y de la Guardia Nacional y la CNDH en absoluto silencio.

Es el sexenio más sangriento en cuanto a homicidios o ataques en contra de periodistas y la CNDH también callada, silenciada. Tiene todavía el descaro de defender cosas indefendibles en contra del Sindicato de Notimex. Hay temas gravísimos de abusos de la Guardia Nacional y el Ejército y la hace de comparsa y tapadera. Hay temas muy graves en materia de derechos ambientales y todavía tiene el cinismo de salir a decir que no ve un problema por el paso inconstitucional de la Guardia Nacional a la Sedena, cuando a la letra está violando la Constitución, es una capacidad constitucional que ya prácticamente se empolvó, el tema de las acciones de inconstitucionalidad.

El descaro último es de servir de tapete con la recomendación al INE en términos de alentar la propuesta del Presidente, pues denota con claridad su función. Ni en derechos civiles, ni políticos, ni en económicos, sociales y culturales ha estado a la altura.

Lo que más se conoce de la CNDH son sus escándalos laborales. Hay, todavía, a estas alturas, a tres años, titulares que ocupan las visitadurías de manera ilegal, no hay visitadores generales, hay encargados. El movimiento feminista tuvo un enfrentamiento muy fuerte con ella, todavía no se recupera. Hay cualquier cantidad de trabajadores despedidos sin causa. Hay versiones de que les piden contribuciones a los trabajadores para aportar a las campañas de Morena. Hay versiones de gente que les piden no trabajar tan rápido. Los escándalos sistemáticos de malas contrataciones de la CNDH no paran, lo que más se conoce de la CNDH son sus escándalos laborales, en absoluta incongruencia con su mandato, no sólo no defiende los derechos humanos, sino viola los derechos humanos de sus propios empleados y empleadas.

  • ¿Rosario Piedra ha deteriorado la fuerza moral que caracteriza a este organismo?

Desde que entró, por la forma en que entró, y también erosionó profundamente a la institución al acudir como comparsa y títere a las conferencias mañaneras. Y luego, todavía, se lanza en contra de los integrantes del Consejo, se ha dedicado a limitar, acotar, amenazar e intentar sancionar indebidamente a los integrantes del Consejo, que son una parte muy importante y única del modelo del defensor, del modelo de Ombudsman.

Las instituciones mexicanas tienen un consejo que las dotan de autoridad, de capital y de reserva moral. En la CNDH el secretario ejecutivo (Francisco Estrada) es el operador real, porque la señora Piedra hace honor a su apellido. El secretario ejecutivo es el que opera, se opone a los consejeros, ata y coacciona a los trabajadores, es en realidad el operador siniestro que está detrás y el operador político de Morena en la CNDH.

  • ¿Lo que hemos visto es una captura de un organismo tan importante como la Comisión de parte de un movimiento político?

Es así, es exactamente en esos términos y eso es lo que quiere López Obrador. Quiere entidades que sean funcionales a sus proyectos, que no señalen sus abusos, sus errores o los de su equipo, de su administración, sino que se dediquen a aplaudir. Lo que ha pasado con la CNDH es un buen espejo de lo que pude pasar con el INE si prospera la intentona regresiva y autoritaria, es una captura.

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