'Me dio miedo cuando saqué bola blanca'

Quienes han realizado su Servicio Militar reconocen que entraron con temor, aunque, tras la experiencia, reconocen los beneficios de haberlo hecho.

“A mí me dio mucho miedo cuando saqué bola blanca, me sudaron las manos cuando fui al Regimiento que me correspondía, me dijeron que debía presentarme con el cabello corto, pues lo tenía a la moda, ya sabes, con un gran fleco”, recuerda Jesús, un joven que realizó su Servicio Militar hace dos años.

El ex conscripto aún tiene presente a un sargento.

Mirada así, directa, fija, no, horrible, pensé que me iba a regañar hasta por parpadear, mis compañeros que conocí horas antes también temblaban, sobre todo porque todas las órdenes eran así, secas. ¡Firmes! Y nadie se mueve, quería salir corriendo del Campo Militar”, añade.

Sin embargo, indica que además de las tareas de adiestramiento y talleres de Protección Civil, el sargento de la “mirada de fuego” apoyó a Jesús en sus dudas y ambiciones.

“El Ejército te puede cambiar la vida, y si eso quieres, estamos para apoyarte”, es la frase que más recuerda del sargento.

Nooo, nada de duchas frías, al contrario, las instalaciones muy padres y siempre los mandos nos orientaron, nos explicaron, nada de regaños, fue una experiencia muy importante, casi siempre hicimos todo: ejercicios y talleres, en un ambiente de amigos, con disciplina, pero muy amables, pero debo reconocer que no quería ir, y del grupo de amigos sólo fui yo por la presión de mi padre, añade el joven.

Armando de plano no se paró en la Junta de Reclutamiento.

Te hacen cortar el cabello y no sé que me vayan a decir de mis tatuajes, paso, no quiero saber nada de los militares, como que no tengo confianza en ellos”, opina.

Martín, un joven de 25 años, tuvo que efectuar el SMN como remiso para obtener la Cartilla, a fin de obtener un cargo de seguridad en el Gobierno federal para el resguardo en penales federales.

“Tenía toda mi documentación, cero antecedentes penales, todo, pero me pedían la Cartilla Liberada, me quería morir, así que fui a la Primera Zona Militar que está en Tacubaya, y me tocó hacerlo en 2019 en el Campo Militar 1, me enseñaron a armar y desarmar los fusiles G3, efectuar la Pista de Adiestramiento, entender los valores patrios, el orden cerrado, que es cuando te ponen ahí formado, nos ponían a pintar bardas o caminos del Campo Militar y los objetivos de cada unidad”, recuerda el ahora guardia.

“Si fue una friega, pero a la vez poco a poco se te va quitando el temor a los mandos, luego ya les preguntaba alguna cosa y me respondían bien, los mala onda eran los soldados ya hechos y derechos, ya sabes, las burlas, como en todo”, añade.

“¿Te sirvió?”, se le plantea.

“Claro, por la disciplina, mantenerte sano, saber lo básico en defensa personal y entender el objetivo de las fuerzas armadas, la fuerza letal, los derechos humanos, conocer a los militares”, responde.