A sus ochenta años de vigencia, el Servicio Militar Nacional (SMN) ha pasado por al menos seis reestructuraciones, pero mantiene una condición principal: es obligatorio para varones que cumplen los 18 años de edad. Sólo que no todos los jóvenes atienden ese llamado.
Porque si les toca encuadrarse tras obtener del típico sorteo la bola blanca o azul, deberán estar bajo supervisión militar por unos meses, a casquete corto y en estricta disciplina.
Y esto aún despierta en los jóvenes desinterés y hasta temor.
La misión del SMN es capacitar a hombres y mujeres voluntarias sobre los conocimientos básicos de la doctrina militar vigente.
Además, fortalecer sus valores cívicos y morales, el fervor y respeto a los Símbolos Patrios: la Bandera, el Himno y el Escudo Nacionales, con el fin de mantener “el sentimiento de Unidad Nacional y amor a la Patria”, y de ser el caso, adaptarse e integrarse a la vida militar.